El Mundo Es Tuyo

Como era de esperarse Social Network arrasó en los Globos de Oro. Y si estos pisapapeles dorados son la previa del Oscar, ya saben lo que va a suceder de aquí a unos meses.

Facebook tiene 500 millones de muñecos regitrados, Mark Zukerberg fue la personalidad más relevante de 2010, sus juegos online son los de mayor crecimiento en la web, es el punto de inversión más interesante de internet, entonces: ¿Cómo su película no iba a ser la ma'mejor?.

Ganar es la única opción posible. No se admiten errores ni fracasos.

En términos cinematográficos no llego a entender la fascinación de la crítica con esta película. Es un film de corte más bien clásico, buen timming, flashbacks aquí y allá, intrigas, traiciones, desamores... pero nada más. Tampoco creo que le aporte nada nuevo a la carrare de David Fincher (salvo la codiciada dupla “cash & awards”). Si hoy lo conservador merece ser premiado, ¡buenisimo! pero por favor paren de arrancarse la ropa frente a la pantalla como si estuvieran ante la obra cumbre del séptimo arte.
Me hago cargo de que soy un ganso encantado con Fight Club y Seven, también me gustó Zodiac y comprendo porque fue tan bien recibida. No me olvido de The Game y es claro por que fue un hit pero el mega éxito de este film de Fincher sale de mi comprensión. De todas maneras, no me rindo y trato de buscarle una explicación a las reacciones tan positivas que despertó Social Network.

Mi pequeña teória se divide en dos partes. Si la cámara me acompaña, vamos a especificarlas:

PARTE 1) Social Network se analiza/disfruta dentro del fenómeno Facebook y no como una obra autónoma.
Obnubila el alcance de esta red social, intriga su origen, fanatiza su uso y eso es recibido de rebote por la película. La "magia" que hacen los programadores encandila tanto como la situación de que un pibito se haga millonario con una idea y una compu.
Además nadie quiere perderse de estar en la pomada (¡con el smowing que te da el 2.0!) y si vivís de los medios ¿cómo no vas a chuparle un poco los calcetines a Mark? Queda tan cool hablar su “idioma”. Estoy seguro que si alguien hace la película de MySpace le tirarían con munición gruesa. Facebook es Palermo; MySpace, Liniers.

Asegurar de antemano una buena campaña de prensa es vital. Las buenas críticas allanan el camino hacia los premios, los premios “dignifican” el producto. Y es menos culposo aplaudir a David Ficher que a Michael Bay o a Ron Howard, ¿no?. Sabia elección de director: ni un limado incontrolabre ni un grasa, como para no levantar la perdíz. ¿Y qué motiva esas excelentes críticas iniciales? Yo diría “dinero” pero no tengo pruebas (esto no es wikileaks, che. Sólo es un blogcito de cine). El resto es solo efecto dominó: Los agentes más destacados marcan el pulso y el resto del mundo sigue la corriente.

Por mi parte no soy un fan de FB. Lo uso de vez en cuando, comento alguna cosa y listo. ¡Bajese del paravalancha, mi amigo! No voy a criticar a FB -a esta altura hacerse el superado es una estupidez- sólo aclaro que soy un usuario bastante fiaca. Por otro lado, el poder de la programación dejó de sorprenderme hace mucho, tal vez sea porque vivo rodeado de ñoños y palabras como php, pearl, apache y otras tantas las escucho a diario y sé que tanto se puede hacer. Tampoco me sorprende que una idea montada en la web te haga ganar millones: Parece que a todos se les ocurren proyectos brillantes menos a mi; ya estoy resignado.
Supongo que todo esto aportó a que la película me haya resultado inocua*. No le encuentro “la mística”.
(* este comentario lo hice en el blog Espectadores)

El único elemento que realmente merece ser premiado de Social Network es el soundtrack. ¡Qué buena banda sonora! Trent Reznor, standing ovation, la rompiste. En este punto sí hay justicia.

PARTE 2) Hay mucha, MUCHA -pero mucha, eh- plata en juego.
Sería perjudicial para la salud del negoció que algo con la marca Facebook salga al mercado y sea salpicado por esa inmunda sustancia hedionda conocida como fracaso. Social Network TIENE que trinfar. Los 1500 palos de Goldman Sachs así lo requieren.

No es ninguna novedad que Facebook perfila a conviertirse en una empresa pública en 2012 y habiendo llegado a este punto no hay lugar para riesgo alguno. ¿Qué pasaría si en un par de meses aparece Mark ebrio en un boliche gay haciendo trencito con varias travestis y TMZ lo filma? ¿O si FB presenta una brecha en el control de posible material pedófilo? Sucedería algo muy grave económicamente de la misma forma que si Social Network hubiera sido un fracaso.
Cualquiera de estas situaciones haría bajar la confianza de posibles inversores. A menor confianza, menos billetes. Y como el valor de la empresa es pura especulación, no hay lugar para derrapar en ningún ámbito, ya sea el personal (eso se vió en la película), el funcional o el publicitario. Cualquier cosa fuera de los planes puede hacer caer la mentira monetaria.

Hoy, el universo es facebookcéntrico. Sus creadores están parados en la cima del mundo y parece que aún quedan peldaños para seguir escalando, pero a semejante altura cualquier traspié puede ser mortal. Margen de error = cero. El fracaso de la película hubiera disparado las alarmas de los que buscan llenarse de plata con este castillo de naipes.
El fantasma de las Punto Com sobrevuela, la burbuja inmobiliaria estalló hace poco: ¿Será este otro capítulo trágico en la historia de la timba bursatil?. Por el momento, yo les diría que (re)vean la historia de Tony Montana y le busquen la morelaja. Sí, drogarse es malo, esa no. Otra.

El todo es diferente a la suma de sus partes

El niño ochentoso que todos llevamos dentro rebota de alegría: Se viene una secuela de Tron. Pero seamos sinceros, al principio la idea generaba desconfianza (por ser una muestra más de la falta de ideas de la “fabrica de sueños”), sin embargo, a medida que se empezaraon a conocer los ingredientes de la nueva película la cosa fue tomando otro color: Se plantea un uso onanista de la tecnología, Jeff Bridges se suma al proyecto, Olivia Wilde en catsuit negro, estética retrofuturista, Olivia Wilde en cat-suit-ne-gro, banda sonora (y cameo!) de Daft Punk, Oliv... ya lo dije. Y encima de todo tienen cautivo a un mercado de ñoños de 29 años(y más!) listo para pochoclear.

El legado que deja Tron es una caja de valium

Entonces ¿cómo es que la cagan tan grosso? Frente a esta pregunta es donde el principio gestáltico de nuestro título cobra protagonismo: Podés tener los ladrillos más bonitos y sólidos del mundo pero si no hubo un plano mas o menos dibujado de antemano o no apareció un obrero idoneo para ensamblarlos y construir, tu medianera de 30 va a terminar más inclinada que Lewinsky en el Salón Oval (pero qué retro my friend!).

La historia de este refrito nos lleva al mundo digital -The Grid- creado por Kevin Flynn (Jeff Bridges) en su juventud. Este lugar utópico de equilibrio y belleza pixelada entra en crisis cuando el clon digital de su propio creador decide poner un poco de orden macrista a tanta igualdad desenfrenada. En medio de este caos aparece el hijo de Kevin (Sam, interpretado por Garrett Hedlund) para reencontrarse con su padre luego de años de abandono forzado y ayudarlo a salvar este mundo virtual. Además de todo esto habrá lugar para el amor (Quorra es la "chica Tron" encarnada por Olivia Wilde), la revolución social, las famosisimas y añoradas carreras de motos, las luchas con discos y, ya que estamos, para la filosofía zen.

Ahora volvamos a la sumatoria. Cuando todas estas prometedoras piezas se juntan no terminan funcionando del todo bien porque lo que cuentan, para no ponernos sesudos, es aburrido. Sí, ya sé, mi análisis es extremadamente básico, pero el “error” también lo es: Amigo Kosinsky, tu película es un embole. Y si un film mainstream de entretenimiento aburre es una metida de pata importante.
Cabe aclarar que no estamos midiendo en términos de aburrimiento la obra de David Lynch, de Hanake o de Kim Ki Duk cosa que sí sería un error nuestro (a mi entender) sino que en el caso de Tron: Legacy el entretenimiento es un elemento fundamental. Es como invitar a un amigo a comer a tu casa y, sin dejar de lado la informalidad del encuentro, te comprometés a cocinar. En la semana te jactás de ser un gran chef y que los vas a dejar a todos boqueando como pez fuera del agua pero llegada la cena a tu carne mechada con papines a la saraza le falta sal. Sal, mi querido, sal! El ingrediente más básico en la historía de la cocina. Podés fallar con el jengibre o el cilantro pero no con el cloruro de sodio.

¿Y que decir del 3D? Este film es una muestra más de que la tercera dimensión es un fiasco absoluto que no suma ni un poroto al disfrute del mismo.

En resumen, Tron: Legacy tocó las fibras sensibles (y el nervio nerd) de nuestra infancia, prometio mucho y llenó la pantalla de belleza estética. Nos presentó actuaciones dignas, una estética increible, una banda sonora genial, un plot que entusiasmaba bastante... pero como resultado final dejó una desilusión directamente proporcional al tamaño de la campaña de promoción que tuvo la película.